Piel demasiado seca ó demasiado sebosa

Piel asfixiada es un término comúnmente utilizado para describir la piel que parece congestionada o bloqueada debido al exceso de sebo, células muertas de la piel y otros desechos que se acumulan en los poros, esto puede provocar una variedad de problemas de la piel, incluido el acné, puntos negros, milliums (puntos de grasa o agua enquistados), especialmente en la zona de las mejillas y contorno del ojo y opacidad general.

Algunas causas comunes de la piel asfictica incluyen la genética, los desequilibrios hormonales, la producción excesiva de sebo, mala alimentación, rutina de limpieza inadecuada,  el estrés y ciertos medicamentos, así como factores ambientales, como la contaminación y la humedad pueden contribuir a la obstrucción de la piel.

Por lo tanto, una piel asfíctica se halla en la categoría de pieles grasas, con un problema a la hora de liberar el sebo al exterior.

Este se solidifica dentro del poro, taponándolo y produciendo micro quistes denominados miliums. Pequeños depósitos de grasa perfectamente visibles desde el exterior pero que se hallan atrapados dentro de la piel.

Su emulsión hidrolipídica no está bien definida. La secreción sebácea está modificada, se vuelve dura y no sale al exterior, de ahí que presente tendencia acneica.

Sin embargo, a veces las pieles ocluidas no se relacionan con la secreción sebácea aumentada, sino normal. La dermis se irrita y se descama.

Para ayudar a prevenir la piel obstruida, es importante establecer una rutina regular de cuidado de la piel que incluya limpieza, exfoliación e hidratación. Elige productos que sean suaves y no comedogénicos, lo que significa que no obstruirán los poros, exfoliar regularmente puede ayudar a eliminar las células muertas de la piel y destapar los poros, pero es importante no exagerar, ya que la exfoliación excesiva puede dañar la piel. Además, mantener una dieta saludable, controlar el estrés y evitar los contaminantes ambientales también puede ayudar a mejorar la salud general de la piel.

Se recomienda no utilizar jabones en barra para este tipo de pieles, limpiezas faciales mensuales y efectuar peelings que actúen en profundidad pero que, a la vez, no sean agresivos, así como realizar tratamientos de protección de la barrera y reparación de la piel.

Si experimentas obstrucciones persistentes o severas en la piel, consultar a un dermatólogo o cosmiatra para recibir asesoramiento personalizado y opciones de tratamiento.